En la segunda mitad del S.XV se edifica el Castillo de Benissanó. Se puede considerar como un Castillo-Palacio, donde se conjugan la fortaleza y la residencia señorial. Actualmente podemos afirmar que es uno de los mejor conservados de la Comunidad Valenciana.
En su construcción original, el castillo contaba con un puente levadizo y foso; constituido el remate de la torre central por teja árabe, a cuatro aguas y en forma de chapitel, estos elementos fueron eliminados en reformas posteriores, dándole forma almenada.
El Castillo de Benissanó está flanqueado con cuatro torres: La Torre Central con una altura de 30 metros, la Torre de la Poterna, circular y que controla el patio de armas, y dos defensivas, una de planta hexagonal con aperturas para la artillería llamada del Homenaje y otra de planta cuadrada situada junto a la terraza-mirador denominada Torre del Vigía.
Entre sus estancias hay que destacar: el Vestíbulo, la Sala Noble, el Patio de Armas, la habitación de Francisco I Rey de Francia, alojado en 1525 como prisionera tras caer las tropas francesas en la Batalla de Pavia, la sala de los “Socarrats”, la planta de la Galería o la Terraza exterior. Hay que destacar el suelo de cerámica de Manises del S.XV en la Sala de Francisco I, el denominado de “les pometes” del S. XVIII, por ser esta fruta (manzana) la protagonista de esta cerámica, así como la cerámica de Noya de la cocina moderna de principios del XX y también los techos, tanto del Siglo XV cómo del XVI en sus variantes.